Prostatitis Bacteriana / Cistitis Intersticial

"La prostatitis crónica bacteriana, cistitis intersticial o el síndrome de atrapamiento del Nervio Pudendo son patologías que engloban el llamado Síndrome de dolor pélvico crónico".

Este tipo de patología, de difícil diagnóstico, se caracteriza por dolor en parte de la pelvis, tanto a nivel interno como todas las estructuras músculo esqueléticas, que hacen que el paciente no pueda realizar actividades normales como sentarse, realizar ejercicio físico o incluso incapacitar a nivel socio-familiar.

Cada caso debe ser estudiado por un médico especialista para establecer un correcto diagnóstico y descartar cualquier otra causa relacionada con los síntomas.

La fisioterapia es una terapia eficaz que actúa a nivel de todas las estructuras musculoesqueléticas y pelviperineales que puedan estar afectadas y que pueden ser la causa de la cronificación del dolor.

Vulvodinia / Neuropatía pudenda / enfermedad inflamatoria intestinal

"La cistitis intersticial, vestibulitis vulvar, atrapamiento del nervio pudendo, trigonitis, etc. se engloban en el llamado Síndrome de Dolor Pélvico Crónico (SPPC)..".

Este tipo de patología de difícil diagnóstico se caracteriza por dolor en parte de la pelvis y/o zona genital, tanto a nivel interno como en todas las estructuras musculares; este síndrome impide al/ a la paciente realizar actividades normales como sentarse, realizar ejercicio físico o incluso le incapacita a nivel socio-familiar y laboral.

El dolor o disconfort vulvar en ausencia de patología ginecológica o dermatológica, el dolor de características neuropáticas en el territorio del nervio pudendo (zona genital) o la enfermedad inflamatoria intestinal (la gran olvidada), están en el origen de cuadros de dolor crónico en la esfera abdomino-pelvi-perineal.

Dichas afecciones requieren un manejo multidisciplinar, dónde la fisioterapia, en colaboración con la medicina y la psicología, juega un papel relevante.

Los/las pacientes que padecen dolor crónico se enfrentan a la dificultad de conseguir un diagnóstico, que requiere de la participación de diferentes especialistas médicos, la realización de innumerables pruebas diagnósticas y una valoración funcional que permita plantear un tratamiento global, tanto de la causa (aunque en ocasiones ésta no es tratable) como de los síntomas.

Como en todas las patologías, cuanto más precoz sea el diagnóstico, existen más posibilidades de controlar el dolor a corto y a largo plazo y evitar que alcance niveles intolerables.