"El anismo es la imposibilidad de relajar el esfínter anal por lo que las heces no salen por completo debido a un exceso de tono de esta musculatura".
El anismo o disfunción rectoesfinteriana es una patología que se produce por una descoordinación entre el recto y el esfínter externo en el momento de la evacuación de las heces. El ano en el momento de la defecación debe relajarse, y cuando esto no sucede, las heces o bien no salen, o bien lo hacen parcialmente, dejando a la persona con una sensación de no evacuar del todo y produciendo un estreñimiento crónico.
La fisioterapia se basa en la reeducación de la defecación y la normalización de toda la musculatura responsable de la evacuación. Esto se realiza con técnicas como el Biofeedback y la propiocepción, así como cambiar los hábitos alimenticios y de ingesta de líquido del individuo.
"Es una patología muy extendida en la población debida al ritmo de vida actual, y cuyos síntomas generan dolor y dificultad al defecar, molestias abdominales, gases…".
El estreñimiento crónico es uno de los factores de riesgo más importantes que pueden desembocar en incontinencia urinaria de esfuerzo, hemorroides, fisura anal, infecciones urinarias de repetición, prolapso o caída de órganos…
Gracias a la fisioterapia se puede reeducar la función evacuatoria del recto y de sus estructuras musculares, para permitir una correcta salida de las heces sin provocar un descenso visceral o perineal. Utilizamos técnicas para mejorar el tránsito intestinal como el Drenaje linfático y la Gimnasia Abdominal Hipopresiva, la reeducación de la sensibilidad rectal y los reflejos del recto con técnicas de biofeedback y de balones rectales, así como cambiar los malos hábitos que influyen negativamente en nuestra salud intestinal y rectal.
"Es la pérdida involuntaria de materia sólida, líquida o gases por una insuficiencia de la musculatura de los esfínteres del recto".
El esfínter externo o ano, es una estructura muscular del suelo pélvico cuya función principal es la continencia de las heces y los gases. Hace falta un diagnóstico médico que nos especifique la causa de la incontinencia, ya sea por un déficit del esfínter anal, un aumento del ángulo ano-rectal por déficit del músculo puborectal, una alteración de la sensibilidad o capacidad rectal, o incluso por una afectación neurológica, ya sea por traumatismo directo en la zona perineal como un parto o una cirugía.
Una vez establecida la causa de la patología se establece un tratamiento de fisioterapia para normalizar las estructuras musculares responsables de la continencia, así como establecer los objetivos a conseguir dependiendo del diagnóstico de cada paciente
Las técnicas empleadas pueden ser instrumentales, como la electroterapia o el biofeedback, o ejercicios abdominales y perineales supervisados por la fisioterapeuta.
La fisioterapia juega un papel esencial en la recuperación de cualquier cirugía, ya que, con un tratamiento postoperatorio precoz y bien orientado se potencian los resultados de la misma, se contribuye a evitar, en la medida de lo posible y según los casos, nuevas recidivas, ya sea en la cirugía de rectocele, como en la de fisuras anales, y se acortan los plazos de recuperación.
Cualquier cicatriz a nivel esfinteriano o muscular en las estructuras responsables de la defecación puede ser causa de dolor post-defecatorio, o incluso de incontinencia de gases o heces.
Con la fisioterapia se realiza un tratamiento para mejorar la elasticidad de los tejidos cicatriciales para generar una correcta cicatrización tanto a nivel interno como externo de la estructura, y así favorecer la movilidad para que no se vea restringida ninguna de sus funciones.
"La fisura anal se define como una úlcera situada en la parte final del canal anal, de aparición frecuente y que ocasiona grandes molestias en forma de dolor intenso pese a su pequeño tamaño".
Las causas de su aparición pueden ser múltiples, siendo la más común el estreñimiento crónico, que provoca que al paso de heces muy endurecidas, éstas arrastran la mucosa rectal produciendo pequeños traumatismos que pueden influir en la aparición de la fisura.
El dolor producido desencadena una contracción refleja de la musculatura anal, lo cual impide una correcta cicatrización de la úlcera y perpetuación de la patología.
Por este motivo la fisioterapia va dirigida a eliminar esta hipertonía o contractura muscular, mediante la diatermia de alta frecuencia, la reeducación de las maniobras de evacuación, los estiramientos de la musculatura afectada, complementando el tratamiento con los fármacos que paute el especialista hasta conseguir la normalización de la zona, es decir la cicatrización de la fisura, la relajación del anillo muscular y la realización de una correcta maniobra evacuatoria.
"En el tramo final del canal anal es normal la presencia de unas estructuras almohadilladas, constituidas por tejido vascular principalmente. Cuando de estas estructuras se deriva una sintomatología como sangrado, dolor, o se salen al exterior se habla de enfermedad hemorroidal".
Los tipos de hemorroide van en función de qué tipo de plexo vascular se altere, pudiendo ser internas, externas o mixtas.
Están muy asociadas al estreñimiento crónico, asociado a la realización de un esfuerzo defecatorio constante; aunque también se pueden producir por diarreas continuas, dieta con alimentación picante o alcohol, embarazo o factores hereditarios.
El tratamiento va desde la adopción de medidas higiénico-dietéticas, como evitar el estreñimiento, aumentar la ingesta de líquidos, evitar el consumo de alcohol y comidas picantes, etc., así como la utilización de los medicamentos recomendados por el proctólogo en las fases agudas. En los casos más graves es necesario realizar una cirugía para la extirpación de las hemorroides.
La fisioterapia juega un papel fundamental en los casos en los que las hemorroides vienen derivadas de un estreñimiento crónico, ya que en el tratamiento pre y postcirugía ayuda y mejora el tránsito así como la sintomatología de la enfermedad.