Habréis comprobado que los lóbulos de nuestras orejas no aguantan cualquier pendiente de fantasía, ¿cierto?
Algunas también habréis visto que, cuando está inflamado, nuestro pubis igualmente puede ponerse al rojo vivo.
Ana, por ejemplo, llegó a nuestra consulta con la zona genital destrozada. Nos costó comprender la causa de la reacción alérgica que tenía.
Ella aparentemente conocía lo que a nuestro “chichi” le sienta bien: ropa interior de algodón en una alta proporción (un poco de lycra y de elastán proporcionan comodidad).
Nos explicó que llevaba años usando exclusivamente bikinis de algodón. Pero, en una segunda visita añadió un “pequeño” detalle: ante su abundancia de flujo, usaba una protección íntima diariamente.
Ana desconocía que esa compresa finita y pequeña que llevaba 365 días al año:
La consecuencia: picazones e irritaciones e incluso ¡infecciones!
Recibimos a Vanessa después de su periplo de ginecólogo en ginecólogo, consultando una reacción inflamatoria. Un médico tras otra la mandaba a casa, sentenciando que “todo estaba en orden”.
El picor que la consumía había empezado después de un fin de semana en la montaña, del que no había vuelto más relajada, sino exasperada.
Le hicimos caer en cuenta de que ese precioso jean rosa fucsia del que se había enamorado el día antes de marcharse a su paseo, era el culpable de sus males.
No le había dado tiempo de lavarlo antes de estrenarlo. Tanto a la ida como a la vuelta, había conducido cinco horas embutida dentro de él. Su periné, y en particular el tejido más vulnerable de una cicatriz de una de sus dos episiotomías, se estaba resintiendo.
Por un lado, pasa que los químicos que se usan para teñir la ropa son muy agresivos. Por otro lado, sabemos que una zona genital sana, tiene una humedad que fácilmente puede traspasar la pantaleta. El jean de Vanessa se había “lavado” con su flujo, haciendo aflorar el químico, que había entrado en contacto directo con la vulva.
Ese mismo efecto de “remojo” ocurre con cualquier producto que impregne la ropa interior.
Para mantener a raya tanto infecciones como irritaciones, lo ideal es lavar nuestras braguitas a mano con un jabón neutro.
Como eso puede ser misión imposible en nuestra vida loca, te propongo lo siguiente:
Quiero hablaros ahora de Casilda, una paciente que siempre luce, y con toda razón, su bonito y joven cuerpo.
Casilda se presentó con un persistente dolor pélvico. La causa saltaba a la vista: todos los días llevaba vaqueros skinny.
El contacto punzante de las costuras y la frotación constante, no sólo le había causado irritación, sino que le había creado una contractura de los músculos pélvicos. No ayudaba en nada que trabajara sentada frente al ordenador ocho horas al día.
En la clínica redujimos inflamación y dolor con un tratamiento de láser.
Además, inspirada por nuestros consejos, renovó vestuario, aprovechando las rebajas madrileñas. No renunció a comprarse un pantalón de la hechura que mejor le sienta: un ceñidísimo jean de tiro bajo. Pero le dio la vuelta a todos los que encontró de su talla para elegir el de las costuras más planas. ¡No quería volver a clavárselas en el periné! Además, compró:
Te dejo aquí unos consejos generales para que no tengas que aguantar más de lo necesario la picazón y el dolor en tus partes íntimas:
1) Al primer síntoma, empieza por comprar un jabón neutro para lavar, solo una vez al día, tu zona genital. Seca sin restregar. Hazte con un aceite puro de rosa mosqueta para hidratar y con una crema de caléndula para proteger la piel irritada.
2) Acude a un ginecólogo especializado para que descarte una infección vaginal.
3) Luego visita a un dermatólogo especialista en patologías de la vulva para que realice cultivos y descarte una afección genital.
4) Ante un diagnóstico benigno, los médicos te remitirán a un fisioterapeuta especializado en pelvis y periné. Los fisios son los que te ayudarán a paliar el dolor pélvico. A menudo se trata de una contractura de los músculos como consecuencia de la tensión que provoca escozor e inflamación.
¡Toma más consciencia de la ropa interior que usas!